ENTREVISTA DEL DIA
Patricio Díaz. Presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Azuay
¿Cuál es su lectura sobre los tropiezos en el financiamiento para el proyecto Coca-Codo Sinclair?
El proyecto tiene varios años en carpeta y muchas dificultades por diferentes cosas. Hubo gobiernos que no quisieron afrontar el reto, el actual tiene buena fe. Sin embargo, en las negociaciones parece que no encuentra el rumbo adecuado. Primero conversó con los argentinos, querían invertir, pero después de tanto diálogo y negociación todo fracasó. Luego fue con los chinos y el resultado es conocido.
En su opinión, ¿qué sucedió en este último caso?
Lo que percibí es que los chinos quieren una garantía por el dinero que invertirán. Esos inversionistas dieron un pie atrás porque vieron que en el proyecto había algunas deficiencias. Por ejemplo, la zona donde se ubicaría el proyecto está cerca de volcanes y eso genera inseguridad. Si se presentase una erupción, el agua que aprovecharía el Coca-Codo estaría en malas condiciones y generaría problemas.
¿Esa es una razón para que los financistas chinos pusieran condicionamientos?
Exacto. Para poder entregar el dinero pusieron ciertas condiciones. Eso es normal, eso lo hace todo el mundo que presta dinero. Eso parece que disgustó al presidente (Rafael Correa). Creo que el Presidente pensó que al ser China y, al tener alguna alianza, le iban a dar no más el dinero, pero no fue así. Ellos quieren garantías porque la inversión es alta.
El vicepresidente Lenín Moreno abrió la posibilidad de reanudar la negociación con China. ¿Cómo ve ese cambio de postura?
Es importante y está bien. Mientras el Gobierno y los inversionistas chinos tengan apertura, es saludable para el país en función de que se logren acuerdos concretos para la construcción.
Usted ha señalado que existen riesgos en este proyecto, ¿cuáles son?
Hay varios riesgos. Por ejemplo, las vibraciones, los movimientos telúricos que puede presentarse por estar en una zona volcánica. Eso debilita la presa y la estructura de la central. Otro riesgo es la ceniza que caería en los ríos que llegarán a la central. El agua y la ceniza generan sedimentos. Es exactamente lo mismo que pasó en la Central Agoyán cuando erupcionó el volcán Tungurahua.
¿Qué sucede en una hidroeléctrica cuando llega agua con ceniza?
El agua se hace lodosa, eso ya es un problema grave porque genera sedimentos. Además, las turbinas de generación también se ven afectadas, a pesar de que tienen filtros, el agua sí necesita cierta pureza, cierta fluidez. Con el agua lodosa la generación eléctrica es imposible. Es fácil ver la afección de una turbina porque cuando se hace mantenimiento se ve que está algo porosa y eso ya amerita un cambio. En el embalse también se empoza el sedimento y disminuye la capacidad de almacenamiento.
En su análisis, ¿por qué no se logra concretar la construcción de este proyecto?
Hay muchas razones. Pero un escenario es la forma de ser del Presidente y sus negociadores. No quieren ceder y cuando se está negociando hay que saber ceder. Nadie regala la plata y todo inversionista pretende réditos. Los países quieren garantías del dinero, quieren el retorno de su inversión y me parece que en esos términos de la negociación no logran ponerse de acuerdo. El beneficio debe ser mutuo.
¿Cómo afectan estas dilaciones en la construcción de la central hidroeléctrica?
Estos proyectos demoran años en estar listos. El Coca-Codo-Sinclair tomará unos cuatro años o quizá más. Eso quiere decir que durante ese tiempo no tendremos esa electricidad. No sé si el país logre obtener energía alternativa que nos permita afrontar los racionamientos.
¿Cuáles son las alternativas para que el país amplíe su oferta de energía hidroeléctrica y no dependa de Paute?
Hay proyectos hidroeléctricos regionales o locales. Las prefecturas de Azuay y El Oro tienen los proyectos Minas y La Unión y deben potenciarse. Si no se puede con los proyectos grandes, hay que propiciar los pequeños. Estos se hacen en menos tiempo, no generan mucho, pero ayudan.
Fuente: Redacción Cuenca, EL COMERCIO. Marzo 31/2010
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