MANUEL CHUM SALVATIERRA – EXALTACION FILIAL – 21.07.2012
Queridos paisanos y paisanas, descendientes de ciudadanos chinos en el
Ecuador; amigos y amigas:
Constituye
un inmenso honor para quienes descendemos del señor Hilario Lizandro Chum Yong
(Chum Pe Sui) que estemos reunidos para homenajear a uno de sus hijos, el Dr.
Alfonso Chum Jurado (Chum Yuc Fon), nuestro amado padre.
En
esta ocasión quisiera honrar a quien se lo merece, si quisiéramos definir quién
es Alfonso Chum Jurado, Presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia
China, diríamos simplemente que es uno de aquellos hombres permanentemente
identificado con las causas justas; siempre solidario con los marginados, con
los más débiles, con los desprotegidos, con los excluidos. En el pasado como
activista estudiantil en el colegio; como activista universitario en URJE
(Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas); como docente universitario
en la Facultad de Odontología de la Universidad de Guayaquil y como Decano de
la Facultad de Sociología de la Universidad Técnica de Machala.
Diríamos
también que en toda su existencia, nuestro padre ha cultivado y practicado una
profunda honestidad en todos los actos de su vida, otros tal vez hubieran
sacado provecho personal si hubieran tenido la oportunidad de estar en contacto
con altos funcionarios de las Áreas del Comercio o del Servicio Exterior de tal
o cual gobierno; jamás lo hizo, predicó con el ejemplo, cada día de nuestras
vidas en cada paso que damos, en cada decisión que tomamos, recordamos sus
palabras, recordamos su vida y nos damos cuenta que nuestra vida es solo un
reflejo de la suya, somos la continuación de su existencia, no solo por su
inteligencia y su sabiduría, si no por su honradez, por su rectitud al actuar,
apreciamos tanto su amistad, su apoyo incondicional, jamás este hombre nos ha
negado un hombro amigo, jamás encontramos su puerta cerrada, nunca en sus ojos
hallamos desprecio, siempre en sus manos hubo algo para dar, de ahí que decimos
orgullosamente que el mejor patrimonio que ha entregado a su esposa e hijos
Alfonso Chum Jurado, es la decencia y la honorabilidad, normas de conducta que
seguimos al pie de la letra sus descendientes.
Siendo
un auténtico Tusang, desde el año 1949 fue un activo simpatizante. de la
República Popular China, difundió muchos de los planteamientos, de la política
internacional de China, acerca de la coexistencia pacífica y la autodeterminación .de los pueblos de Asia,
África y América Latina; a inicios de la década del 70, se vinculó a un grupo de paisanos que
sostenían que la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China del Ecuador,
debería estar identificada con la Gran Madre Patria, la República Popular
China, que en el año de 1971 en el gobierno del señor Doctor José María Velasco
Ibarra, votó a favor del reconocimiento de los derechos de la República Popular
China en las Naciones Unidas, habiendo roto todas las relaciones con el
gobierno de Taiwán.
Esa
gran presencia de espíritu, su recia personalidad, fue un escudo que dotó de un
blindaje a los paisanos agrupados en la Sociedad de Beneficencia, frente a los
ataques de sus enemigos internos y externos; que en repetidas ocasiones
intentaron revertir esa decisión justa y necesaria del Gobierno ecuatoriano en
las Naciones Unidas; así mismo ese ejemplo germinó en una parte de
sus hijos y sobrinos que en su oportunidad jugaron papeles relevantes en luchas
institucionales o sociales. Sus palabras, su cariño, pero sobre todo su ejemplo nos acompañarán todos los días de
nuestras vidas. El deseo de mi padre siempre fue nuestro éxito, siempre fue
nuestro bienestar, tenemos muchas cosas por las que admirar a Alfonso Chum
Jurado, fue él quien nos enseñó a amar a nuestra patria, a respetar a nuestro
prójimo.
Sus
hijos hemos sido personas de un firme carácter, pero siempre que hemos
necesitado apoyo siempre lo hemos encontrado en nuestro padre, el compañero
ideal que nos brindó la solidaridad, el refugio cálido en el que los conflictos
y dudas que nos aquejaban encontraron respuestas, él siempre encontró la salida
para nuestros problemas, una palabra de aliento para nuestras fatigas y
batallas del día a día y, como es obvio,
una sonrisa amplia y sincera por nuestras victorias. Estar reunidos el día de
hoy frente a ustedes, hablando del hombre que supo cultivar en nosotros
virtudes loables, es sin duda alguna una victoria, que merece su sonrisa de
satisfacción y su mirada apacible.
El
doctor Alfonso Chum Jurado ha sido nuestra mayor inspiración y ejemplo para
conducirnos en éste mundo, todos quienes formamos la familia Chum estamos
agradecidos con la vida por habernos dado al padre que necesitábamos para ser
quienes somos, un hombre que se ha esforzado tanto merece ser imitado. Nuestro
padre ha cumplido con su misión en éste mundo, sus hijos somos su cosecha; para que eso llegara a ocurrir tuvieron que
pasar muchos años de paciencia, noches
de desvelos, para que ahora que somos padres comprendamos lo que significa
esperar a que un hijo llegue; sólo entonces podemos comprender al nuestro, sólo
ahora que sabemos lo que cuesta ser padre, podemos agradecerle al nuestro lo
que hizo y formó en nosotros.
Tengo
el privilegio de representar a la familia Chum en este acto y tengo aún el
mayor privilegio de decir que tenemos a un padre de 82 años cuyo corazón, aún
ahora guarda el fuego ardiente de la solidaridad, de la honestidad. ¡Gracias padre por habernos enseñado la ruta
y a caminar por ella; habernos dado la
lámpara que necesitábamos para la noche y mostrado las provisiones que necesitaríamos
para subsistir! ¡Gracias
por enseñarnos a luchar, a trabajar, a vivir! ¡Gracias padre por habernos enseñado hasta
las razones por las que podríamos morir!
¡Larga vida a nuestro
padre!
Gracias a todos ustedes por haber venido ésta noche.
¡Muchas Gracias!
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