Los ancestrales secretos de la belleza yacen en los principios que equilibran el universo.
Sobre la belleza
“Por lo tanto, cuando te mires al espejo, piensa si tu corazón es puro. Cuando te pones perfume, piensa si tienes paz y tranquilidad en el corazón. Cuando te maquillas, piensa si tu mente está limpia. Cuando humectas tu cabello, piensa si tu mente está en calma. Cuando te peinas, piensa si tu mente es racional. Cuando te recojas el cabello, piensa si tu mente es tan recta y elegante como tu rodete. Cuando te acomodas el fino cabello sobre tu rostro, piensa si tu corazón también es tan fino”.
En el pensamiento oriental, el Yin y el Yang son parte del orden natural del universo, como cielo/tierra, sol/luna o brillante/oscuro, el hombre y la mujer tienen misiones equilibrantes que cumplir para seguir al orden cósmico.
Sobre la belleza
En tiempos modernos cuando hablamos de belleza, en general pensamos en mujeres finas, bonitas y de buen físico, porque sólo reconocemos el aspecto superficial de la delicadeza y belleza femenina, se perdió de vista que la belleza verdadera proviene de un alma hermosa.
El famoso escritor Cai Yong (132–192), escribió un ensayo para educar a su hija titulado Lecciones para mujeres.
En Lecciones para mujeres dice, “Al igual que la cabeza y el rostro, el corazón también necesita cuidados. Si un día no te lavas el rostro, la suciedad se acumulará. Si un día no cultivas la bondad, los malos pensamientos invadirán tu corazón. Todas saben cómo embellecer su rostro, pero no todas saben cultivar su bondad”.
“Por lo tanto, cuando te mires al espejo, piensa si tu corazón es puro. Cuando te pones perfume, piensa si tienes paz y tranquilidad en el corazón. Cuando te maquillas, piensa si tu mente está limpia. Cuando humectas tu cabello, piensa si tu mente está en calma. Cuando te peinas, piensa si tu mente es racional. Cuando te recojas el cabello, piensa si tu mente es tan recta y elegante como tu rodete. Cuando te acomodas el fino cabello sobre tu rostro, piensa si tu corazón también es tan fino”.
Ser amable y gentil hace hermosa a una mujer. Ya en la época de la Dinastía Zhou (1050 a.C. – 256 a.C.), el pueblo chino destacaba a la mujer que cumplía con cuatro virtudes: la decencia en el comportamiento, palabra, conducta y trabajo. Estas cuatro virtudes eran las características que una mujer excepcional debía tener.
Fuente: www.lagranepoca.com
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