martes, 30 de octubre de 2012




MANUEL  CHUM  SALVATIERRA – EXALTACION  FILIAL – 21.07.2012
Queridos paisanos y paisanas, descendientes de ciudadanos chinos en el Ecuador; amigos y amigas:
Constituye un inmenso honor para quienes descendemos del señor Hilario Lizandro Chum Yong (Chum Pe Sui) que estemos reunidos para homenajear a uno de sus hijos, el Dr. Alfonso Chum Jurado (Chum Yuc Fon), nuestro amado padre.
En esta ocasión quisiera honrar a quien se lo merece, si quisiéramos definir quién es Alfonso Chum Jurado, Presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China, diríamos simplemente que es uno de aquellos hombres permanentemente identificado con las causas justas; siempre solidario con los marginados, con los más débiles, con los desprotegidos, con los excluidos. En el pasado como activista estudiantil en el colegio; como activista universitario en URJE (Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas); como docente universitario en la Facultad de Odontología de la Universidad de Guayaquil y como Decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Técnica de Machala.
Diríamos también que en toda su existencia, nuestro padre ha cultivado y practicado una profunda honestidad en todos los actos de su vida, otros tal vez hubieran sacado provecho personal si hubieran tenido la oportunidad de estar en contacto con altos funcionarios de las Áreas del Comercio o del Servicio Exterior de tal o cual gobierno; jamás lo hizo, predicó con el ejemplo, cada día de nuestras vidas en cada paso que damos, en cada decisión que tomamos, recordamos sus palabras, recordamos su vida y nos damos cuenta que nuestra vida es solo un reflejo de la suya, somos la continuación de su existencia, no solo por su inteligencia y su sabiduría, si no por su honradez, por su rectitud al actuar, apreciamos tanto su amistad, su apoyo incondicional, jamás este hombre nos ha negado un hombro amigo, jamás encontramos su puerta cerrada, nunca en sus ojos hallamos desprecio, siempre en sus manos hubo algo para dar, de ahí que decimos orgullosamente que el mejor patrimonio que ha entregado a su esposa e hijos Alfonso Chum Jurado, es la decencia y la honorabilidad, normas de conducta que seguimos al pie de la letra sus descendientes.
Siendo un auténtico Tusang, desde el año 1949 fue un activo simpatizante. de la República Popular China, difundió muchos de los planteamientos, de la política internacional de China, acerca de la coexistencia pacífica y  la autodeterminación .de los pueblos de Asia, África y América Latina; a inicios de la década del  70, se vinculó a un grupo de paisanos que sostenían que la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China del Ecuador, debería estar identificada con la Gran Madre Patria, la República Popular China, que en el año de 1971 en el gobierno del señor Doctor José María Velasco Ibarra, votó a favor del reconocimiento de los derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas, habiendo roto todas las relaciones con el gobierno de Taiwán.
Esa gran presencia de espíritu, su recia personalidad, fue un escudo que dotó de un blindaje a los paisanos agrupados en la Sociedad de Beneficencia, frente a los ataques de sus enemigos internos y externos; que en repetidas ocasiones intentaron revertir esa decisión justa y necesaria del Gobierno ecuatoriano en las Naciones Unidas;   así mismo ese ejemplo germinó en una parte de sus hijos y sobrinos que en su oportunidad jugaron papeles relevantes en luchas institucionales o sociales. Sus palabras, su cariño, pero sobre todo  su ejemplo nos acompañarán todos los días de nuestras vidas. El deseo de mi padre siempre fue nuestro éxito, siempre fue nuestro bienestar, tenemos muchas cosas por las que admirar a Alfonso Chum Jurado, fue él quien nos enseñó a amar a nuestra patria, a respetar a nuestro prójimo.
Sus hijos hemos sido personas de un firme carácter, pero siempre que hemos necesitado apoyo siempre lo hemos encontrado en nuestro padre, el compañero ideal que nos brindó la solidaridad, el refugio cálido en el que los conflictos y dudas que nos aquejaban encontraron respuestas, él siempre encontró la salida para nuestros problemas, una palabra de aliento para nuestras fatigas y batallas del  día a día y, como es obvio, una sonrisa amplia y sincera por nuestras victorias. Estar reunidos el día de hoy frente a ustedes, hablando del hombre que supo cultivar en nosotros virtudes loables, es sin duda alguna una victoria, que merece su sonrisa de satisfacción y su  mirada apacible.
El doctor Alfonso Chum Jurado ha sido nuestra mayor inspiración y ejemplo para conducirnos en éste mundo, todos quienes formamos la familia Chum estamos agradecidos con la vida por habernos dado al padre que necesitábamos para ser quienes somos, un hombre que se ha esforzado tanto merece ser imitado. Nuestro padre ha cumplido con su misión en éste mundo, sus hijos somos su cosecha;  para que eso llegara a ocurrir tuvieron que pasar muchos años  de paciencia, noches de desvelos, para que ahora que somos padres comprendamos lo que significa esperar a que un hijo llegue; sólo entonces podemos comprender al nuestro, sólo ahora que sabemos lo que cuesta ser padre, podemos agradecerle al nuestro lo que hizo y formó en nosotros.
Tengo el privilegio de representar a la familia Chum en este acto y tengo aún el mayor privilegio de decir que tenemos a un padre de 82 años cuyo corazón, aún ahora guarda el fuego ardiente de la solidaridad, de la honestidad.  ¡Gracias padre por habernos enseñado la ruta y a caminar por ella;  habernos dado la lámpara que necesitábamos para la noche y  mostrado las provisiones que necesitaríamos para subsistir!   ¡Gracias  por enseñarnos a luchar, a trabajar, a vivir!  ¡Gracias padre por habernos enseñado hasta las razones por las que podríamos morir!
¡Larga vida a nuestro padre!

Gracias a todos ustedes por haber venido ésta noche.
¡Muchas Gracias!

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